Karnaval
Juan Francisco Ferré
Editorial Anagrama, Barcelona, 2012, 529 páginas.
Dominique Strauss-Kahn, hasta
el 18 de mayo de 2011 uno de los hombres más poderosos del mundo, acaba de ser
transformado en personaje de ficción en una gran novela, Karnaval, ganadora del Premio Herralde de Novela 2012, un galardón
que se le otorga a la literatura y no a las ventas. Su autor, Juan Francisco
Ferré, es un escritor muy enraizado en la literatura moderna y posmoderna.
Un personaje público, en aquellas fechas uno
de los más influyentes del mundo, se ve así convertido en materia de arte, en
literatura. La novela, calificada por su autor con la “Triple X” de la
provocación pornográfica, de la exuberancia fabuladora y de la incógnita
política, fue escrita al mismo tiempo que acontecían los hechos que motivaron
el escándalo del director del FMI. Su motor de arranque fue la imagen de
Strauss-Kahn conducido por el FBI, precisamente cuando en España explotaban las
protestas del 15-M. “Me fascinó el hecho de que uno de los personajes más
poderosos del mundo cayera por un gesto fruto de la gratuidad…Strauss-Kahn buscó
el placer gratis teniendo todo el dinero del mundo para pagarlo.”
La novela, en un momento en el que tanto la
política como la economía son un indiscutible carnaval, es un verdadero
panfleto sumamente incisivo contra las fechorías del neocapitalismo, pero el
autor adereza asuntos muy serios con un tono cómico, con escenas hilarantes
como las descritas en el capítulo “DK 5. Pornografía ancestral”. Un panfleto
que convierte al exdirector del FMI, primero en el “gran dios K” y más tarde en
un indignado, como los del 15-M español, que pretende hacer explotar el
sistema.
De ahí que la novela rebose de páginas que
les sacan los colores a los excesos neocapitalistas. En la misma D.
Strauss-Kahn es un ejemplo, una metáfora, un personaje de ficción paradigma del
mundo de hoy, cuyos dueños, los financieros y los banqueros parecen desconocer
o son insensibles frente a lo que está pasando.
Es cierto que sobre Karnaval planea un escándalo sexual. Pero la novela no va solamente
de sexo. Al contrario, ofrece una visión del mundo partiendo de ese dios K y de
la vuelta de tuerca que lo transmuta en
un indignado. El talento literario de J. F. Ferré y sus condición de
posnarrador hacen acto de presencia en toda la obra, pero sobre todo en un
capítulo muy especial, “El agujero y el gusano”, un imaginario documental en el
que personajes públicos como Philip Roth, Zizet, Philippe Sollers, Chomsky,
Beatriz Preciado. Houellebecq, Judith Butler entre otros y otras opinan sobre
Strauss Kahn. Ferré se deleita desacralizando las palabras de estas columnas
vertebrales de los saberes de hoy y sabe demostrar que la literatura no solo es
lo único que no está en crisis en este país, sino que no cesa de innovar.
Francisco
Martínez Bouzas
(Texto
publicado el 18 de diciembre en el periódico El Correo Gallego de Santiago de
Compostela. Para ver el original en gallego pinchar aquí)
Juan Francisco Ferré |
Fragmentos
“Mi
trabajo en el hotel me ha permitido conocer cosas repugnantes como éstas. Yo
limpio las habitaciones y hago la cama después de que se vayan los clientes. No
importa que sea un hotel caro. No importa que las habitaciones parezcan
palacios al lado de las casas que conozco en el barrio. Eso no importa. Cuanto
más lujosas las habitaciones, más asquerosas me parecen las cosas que ocurren
allí. Más repugnancia me da limpiar el cuarto de baño y hacer la cama, ver y
limpiar los deshechos que dejan a propósito para que se sepa lo que han hecho
allí. Me avergüenzan ellas cuando las veo salir contentas de la habitación en
compañía de ese hombre que las acaba de violar, y parecen orgullosas de lo que
les han hecho, de que las hayan elegido para hacerlo, convencidas de que esa cosa
que tienen entre las piernas y que los hombres quieren poseer como perros les
da todo el poder que no tienen en realidad. Esa cosa que tengo entre las
piernas, en carne viva, esa cosa que los hombres quieren de nosotras, sí, esa
cosa, es parte de nuestro infierno.”
…..
PHILIP ROTH,
novelista
“Roth:
Lo diré claro desde el principio para que nadie se llame a engaño. El verdadero
problema en este y en otros casos es la polla. Siento ser grosero, pero es así.
Ya lo he dicho antes, juzgando otro escándalo similar, el caso Clinton, una
década atrás, no se si se acuerda. La gente en general, sin distinguir entre
hombres y mujeres, nunca perdona que le pongan la polla y los estragos de la
polla delante de las narices. No perdonan la obscenidad de esa presencia…”
…..
BEATRIZ PRECIADO, profesora de teoría queer y ensayista
“Preciado:
Yo lo veo de una manera completamente distinta a como lo interpreta mi admirada
Judith Butler. En mi opinión, hubo un fallo grave en la transacción (…) El
hombre no quiere la desnudez de la mujer, que le causa horror, quiere su
vestido, quiere su ropa, su atuendo, su disfraz, su uniforme. Lo que el hombre
desea es apropiarse del disfraz que hace mujer a la mujer, que la hace
deseable, que la muestra como objeto de deseo…”
…..
JULIA KRISTEVA, semióloga, psicoanalista
y ensayista
“Kristeva:
Damos por sentado que la víctima al emplear el lenguaje masculino para designar
a su violador, lo hizo con su propio lenguaje, cuando en realidad debemos
admitir que lo único que hizo fue verbalizar su difícil situación a partir de
las escasas palabras que la cultura le proporcionaba para designarla. La
cultura patriarcal, sin duda, pero también la cultura mediática es la que hoy
conforma la conciencia de la gente. Si nuestra cultura, con la generosidad que
se atribuye, hubiera sido capaz de procurarle las palabras adecuadas, los
conceptos acertados, a lo mejor
habríamos oído a una mujer clamando simplemente porque no había sido amada,
porque no había sido bastante querida, o no se había sentido en ningún momento
todo lo querida que le parecía necesario o deseable para poder aceptar sin
disgusto la violencia que se le imponía como medio efectivo…”
(Juan Francisco Ferré, Karnaval, páginas 37-38, 215, 224, 227- 228)